viernes, 26 de mayo de 2017

Reseña: Atomic runner

Título: Atomic runner.
Título original: Atomic Runner Chelnov - Tatakau Ningen Hatsudensho.
Idioma original: Japonés.
Creador/Desarrolladores: Data East.
Género: Acción, shoot 'em up (shooter con desplazamiento de pantalla).
Plataformas: Arcade, Sega Mega Drive (Genesis), Wii y X68000.
Modo de juego: 1 jugador.
Año: 1992 (la versión original en 1988).
País: Japón.
Chelnov es un joven científico que una vez vivió felizmente con su padre y su hermana. Un día, mientras caminaba por la calle, oyó el sonido de una enorme explosión y al llegar al lugar de donde provenía, se encontró con su padre tendido en el suelo, sangrando. Antes de morir, él le dijo que la explosión fue causada por los Deathtarians, una raza de alienígenas que afirmaban ser la población original de la Tierra y que querían controlar el planeta. Mencionó también que además habían secuestraron a su hermana. 

Por lo tanto, Chelnov agarró un traje especial hecho por su padre que le dio poderes superhumanos y lo convirtió en un "Atomic Runner". Sin embargo, los Deathtarians lo atraparon y lo encarcelaron, pero él escapó de la prisión y ahora está enfrentándolos...

Este título lo jugué, no porque me interesara especialmente, sino que elegí al azar un juego de la Sega Genesis para probar y justo salió este. Seguiré esta dinámica de vez en cuando, ya que hay muchos juegos para esa plataforma y me gustaría probar todos los que pueda de manera aleatoria. 

Para iniciar con Atomic runner debo decir que la trama es muy floja y carente de mucho sentido. Sin embargo, es cierto que ya el hecho de tener una historia es un punto, porque en los juegos de este estilo la mayoría de las veces ni se gastan en dar un motivo por el cual el personaje lucha, más que la supervivencia del mismo. No obstante, dejando eso de lado, es en exceso simple y cliché; no aporta demasiado ni es algo que se extienda durante su desarrollo: simplemente se menciona al principio y para darle un cierre, al final. Tanto así, que hasta podría no estar y tampoco se echaría en falta, la verdad.

De cualquier forma, el estilo de juego me agrada. Los plataformeros siempre suelen gustarme y recuerdo con cariño algunos de estos shoot 'em up que jugaba cuando era más pequeña, por lo que me resultó cómodo volver a esa época con este. No obstante, por momentos me sentí apabullada por la cantidad de enemigos, ya que, aunque me agradan, no es que esté demasiado acostumbrada a esta clase de juegos. No fue algo que me disgustara tampoco, casi al contrario: hacía la experiencia más entretenida. 

En cuanto a gráficos no está del todo mal. La versión para Sega Genesis —la que yo jugué— muestra un muy buen avance con respecto a la versión original arcade, a tal punto que al principio pensaba que se trataba de una secuela. Hay un especial rediseño en los escenarios y enemigos, y pese a que es sin duda más elaborado que el original, no me terminó de agradar. Sentí que no había gran variedad, todo parecía demasiado similar entre sí; incluso los jefes no innovan, pues repiten en ocasiones el estilo de ataques que tienen. Por otra parte, en lo que más se nota un destaque en relación al resto de las animaciones es en los ataques del personaje principal.

Con el apartado musical me pasó algo similar: me parecieron interesantes las melodías que poseía el juego, prontamente se me hacían repetitivas y cansinas. En cuanto a los efectos de sonido, si bien no eran muchos, al menos no estaban mal.

Esto de haberlo percibido muy monótono fue el punto que más me molestó. Puede ser que yo tardaba demasiado en pasarme las pantallas y eso influía, quizá. Pero, en general, me dio la sensación de que por más que los escenarios cambiaban, la estética era demasiado parecida y, sobre todo, los enemigos se repetían constantemente. Algunos de ellos los podías encontrar tanto en el primer nivel como en el último, sin siquiera una pequeña variación de diseño, y eso conseguía que se tuviera la sensación de no progresar.

En lo personal no me entretuvo tanto, y creo que fue principalmente a consecuencia de eso. No me provocaba muchas ganas de seguir jugando y sentía que, pese a haber avanzado ya bastante, seguía igual que en el comienzo; le hacía falta algún tipo de incentivo para el jugador.

Por otro lado, la dificultad me pareció acertada, pues es bastante complicado. Pudo tratarse también de que yo soy mala en esta clase de juegos, ya que me costó superarlo en especial a los jefes, como es obvio. Las pantallas no eran muy largas, y si más o menos se dominaba al personaje y se conocía las características de los enemigos, no resultaba tan complicado de superar, pero llegar a hacer eso llevaba un tiempo. Una de las características que lo dificultaban más era que el protagonista solo soportaba un impacto enemigo antes de morir; aunque, por suerte, el juego tenía muchos puntos de guardado relativamente cercanos, haciendo que al menos no tuvieras que retroceder demasiado una vez que perdías una vida.

La extensión del juego la encontré adecuada también, ya que el alargarlo lo podría haber convertido en aburrido, y un poco menos tal vez lo volvía más fácil de lo que se pretendía. Por lo tanto, estuvo correcta la cantidad de niveles que contenía.

El desenlace fue lo esperado y no resaltó demasiado, de acuerdo con el nivel que el juego mostró en todo su desarrollo. Por supuesto, el jefe final fue el más difícil de todos como debía ser— y me costó un buen tiempo derrotarlo, por lo que al menos quedé satisfecha al terminarlo. 

No es un mal juego, sin embargo, no logró entretenerme tanto. La historia es demasiado común y tanto los escenarios como enemigos no mostraron una variedad interesante que me llamara la atención. A pesar de esto, la dificultad elevada, la correcta duración y el estilo de juego es lo que lo salva. 

 

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