Duración aprox. de los episodios: 1:04 hs.
Como menciono, la trama es diferente a lo que suelo ver y lo
cierto es que estaba ansiosa por cambiar un poco, pues los kdramas suelen caer
en los mismos tópicos una y otra vez. Por tanto, esta obra inclinada hacia lo infantil
—que toca temas duros igualmente— se
presentaba perfecta para variar. La premisa principal, sin ser en especial
innovadora, tampoco está tan trillada, y eso era justo lo que buscaba.
Si bien existían algunos mínimos toques de romance, pues los
chicos se estaban iniciando en el amor, me complació que se centrara en la amistad. El grupo protagonista era diverso y no siempre congeniaban,
pero al final logran forjar una leal y valiosa amistad. Ese proceso sin duda
fue lo que más me agradó ver.
En lo personal, suele ser sencillo para mí adentrarme en una
historia y que esta me genere muchos sentimientos, aun así, cuando sucede
siempre lo valoro. En este caso ocurrió y la emoción que predominaba en mí tendía
a ser el enojo: con la protagonista por dejarse pisotear, y con todos los que
la hacían pasar mal. Creo que es un gran punto a favor cuando un personaje
consigue hacerte llegar a ese nivel de empatía, aunque también el hecho de que
fuera una niña se lo hizo fácil.
Debo admitir que al principio sentí que el ritmo iba muy lento; parecía que no progresaba y que siempre la situación estaba igual, o peor. Lo cierto es que no es así: todos los capítulos tienen un buen contenido, solo que se va avanzando con pequeños y muy sutiles pasos que, sin ser al inicio muy relevantes, se percibirá su real importancia al continuar la trama. De todos modos, este comienzo pausado e incluso algo frustrante se arregla cuando el estado de la protagonista en la clase mejora, y entonces se vuelve más ágil.
Los pasados de algunos de los niños se van relevando de a
poco y de manera muy natural, lo cual fue acertado. Fueron entretenidos de ver
para entenderlos mejor, no obstante, tal vez resultaban demasiado trágicas
todas, incluso yendo a tono con la serie.
Respecto a lo técnico no puedo resaltar ni quejarme
demasiado, se mantiene en un nivel promedio para los kdramas de su estilo. Quizá
lo más destacable fueron un par de canciones que me gustaron bastante, pero no consideraría
a su banda sonora de las mejores que he escuchado.
En cuanto a actuaciones, creo que la protagonista
adulta hizo un gran trabajo: su personaje es muy creíble desde el inicio y, a
pesar de que la pobre tuvo que aguantar casi los 16 capítulos con un rostro inexpresivo,
logró transmitir esa aura malvada que necesitaba. Por su parte, los niños también
lo hicieron bien, aunque un detalle que me dio gracia fue la cara de
la pequeña protagonista cuando se sorprendía: se veía muy exagerada y no pude evitar
que me resultara cómico. De cualquier manera, fue un correcto elenco.
El final fue satisfactorio para mí. Después de tanto sufrimiento junto a los niños, verlos sonreír era un alivio y me dejó contenta a la par. Aporta, además, una interesante reflexión sobre la sociedad en general, la educación y lo individualistas que a veces somos. En resumen, me dejó con una sensación positiva pese a todo lo que ocurre entremedio.
No es una obra que
pudiera recomendarle a todo el mundo, ya que quienes no soporten el melodrama
puede que se sientan hastiados aquí. Sin embargo, puede llegar a entretener
gracias a su alegre y decidida protagonista y los momentos de comedia, amistad y
aprendizaje que presenta.
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—Si hago lo que dice la maestra bruja, todo el mundo va a ser un marginado algún día. Incluso si las calificaciones son buenas, incluso si tus padres te felicitan y te tratan bien, un marginado nunca puede ser feliz. Yo, aunque sea sola, no voy a dejar que mis amigos se conviertan en marginados.
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