Director: Céline Sciamma.
Actores principales: Zoé Héran, Malonn Lévana y Jeanne Disson.
Género: Drama.
Como digo, al estar protagonizada por una niña tiene una
especie de filtro que vuelve todo un poco más inofensivo. Esto, de cualquier
manera, no evita que se vea a la protagonista sufrir —porque los niños pueden
ser muy crueles, para qué negarlo— ni que haga reflexionar sobre cómo actúan
los personajes y cómo actuaríamos nosotros en su lugar.
Los personajes están correctos, cumplen su función sin ser
una maravilla. En lo personal, destacaría a la protagonista, Laure, pues me
sentí muy encariñada con ella desde el primer momento. Es cierto que en
ocasiones se la ve quizá algo inexpresiva, pero creo que a pesar de eso logra
transmitir muy bien las emociones que está sintiendo, lo que desea y lo que
planea.
El resto de niños son un buen conjunto, aunque yo quedé
cautivada en especial con la familia de Laure, y en concreto con su hermana menor.
La relación que tenían era adorable y me enternecía por completo. El entorno
familiar es muy amoroso y encontré fantástico que se recalcara el notable
aprecio que se tenían entre sí, y que la protagonista siempre fue apoyada en sus
elecciones.
Me encantó ver cómo, en la seguridad de su casa, Laure se muestra suelta, infantil y relajada, contrastando con su actitud frente a sus nuevos amigos, donde tiene que fingir y está constantemente tratando de encajar con el personaje que ella misma creó. Resultó interesante ver la forma en que toda esa nueva situación la va afectando desde ambos lugares.
Las actuaciones me convencieron. Hubo gran conexión entre la
actriz principal y la que interpretaba a su hermana, lo que conseguía que sus
escenas juntas fueran geniales; parecían hermanas de verdad, actuando de manera
natural, al igual que ocurría con los padres. Por otra parte, la breve relación
amorosa, a pesar de no ser de mis puntos favoritos del argumento, llega a ser convincente
y bien llevada.
La naturalidad es, de hecho, una de sus grandes virtudes.
Los diálogos, las acciones y las interacciones entre los personajes se sienten
casi espontáneas, y esto facilita mucho a que se pueda conectar rápido con
ellos —en particular con las niñas, que se roban la pantalla cada vez que
aparecen—.
En general, esta obra se caracteriza por la sencillez en
casi todos sus aspectos. Su simpleza le va fenomenal y, para quien que no esté
buscando una película trepidante, puede ser uno de sus elementos más positivos.
Se desarrolla con un ritmo muy lento y tranquilo —algo que, por lo poco
que he visto, parece ser típico del cine francés—; aunque sin aburrir, pues mantiene
la expectativa.
Relacionado a esto, me llamó mucho la atención su falta de
musicalización, puesto que, si no recuerdo mal, la única escena en que hay una
canción es cuando los personajes están escuchándola en la radio. El resto
transcurre solo con los sonidos del ambiente, lo cual permite que el espectador
se concentre en lo que está viendo, sin que la música transmita algún
sentimiento en particular; todo lo que se percibe es a través de las acciones,
miradas y silencios del personaje —y, por cierto, varias escenas que
ocurren justo así: ausentes de diálogo—, por lo que se vuelve bastante
intimista.
El final puede resultar predecible, pues desde el primer momento se puede adivinar cómo acabarán las cosas. En lo particular, si bien no me agradó el accionar de determinado personaje en la conclusión, creo que era entendible, y que fue un desenlace acertado. La escena final me gustó mucho: fue el apropiado toque esperanzador que una historia como esta necesita. Y, de ese modo, me dejó satisfecha.
Es
una película linda, muy tranquila y sencilla, con un tema complicado que se
torna un poco más tierno al tratarse con niños como protagonistas, y con un
excelente reflejo de un buen entorno familiar. Pese a no ser grandiosa, sí es
lo suficiente como para recomendarla a aquellos que disfrutan con obras de este
estilo.
|
—Escucha… No hago esto para herirte ni para darte una lección. Estoy obligada, ¿entiendes? No me molesta que juegues a ser varón, no vale la pena. Pero esto no puede continuar.