viernes, 4 de septiembre de 2015

Reseña: Pokémon rojo

Título: Pokémon rojo.
Título original: Poketto monsutā aka.
Idioma original: Japonés.
Creador/Desarrolladores: Game Freak.
Género: Aventura, acción, RPG.
Plataformas: Game boy.
Modo de juego: Un jugador o multijugador.
Año: 1996.
País: Japón.
El jugador toma el mando de un niño que vive en Pueblo Paleta, y ha cumplido la edad necesaria para poder irse de su casa y dedicarse a entrenar Pokémon. El Profesor Oak te permitirá elegir uno de entre tres Pokémon iniciales (Bulbasaur, Charmander y Squirtle) para iniciar la aventura y poder combatir contra otros Pokémon salvajes y entrenadores.

La meta principal del juego es llegar a la Liga Pokémon y enfrentarse al implacable Alto Mando. Para ello, el jugador debe reunir las ocho medallas de gimnasio que se consiguen derrotando a los líderes de cada gimnasio Pokémon, ubicados en distintas partes de la región Kanto.

Dentro de la aventura, además, el jugador deberá hacer frente a un grupo de villanos conocidos como el Team Rocket, liderados por el misterioso Giovanni, quienes con sus ambiciosos planes amenazan el bienestar de las personas y los Pokémon de Kanto.

Esta reseña es válida también para Pokémon azul y Pokémon amarillo, ya que los cambios entre estas versiones no son demasiados.

Decidí retornar a este juego que hace tanto tiempo disfruté; fue el primero, el que empezó con toda la franquicia de Pokémon, y que me cumplió el sueño de poder tener mis propios pokémon, entrenarlos a gusto y poder combatir y vencer con ellos. De pequeña era realmente muy fan del anime y, cuando descubrí el juego, lo amé al mismo nivel. Estuve mucho tiempo jugándolo y hoy en día lo considero de mis favoritos; por lo que se merecía que lo probara otra vez.

Aunque es evidente que la trama no tiene un argumento muy trabajado —incluso para su época donde no estaba tan visto como ahora—, el mundo creado sí es muy original. La imaginación de los creadores para inventar todos estos seres, con sus ataques, evoluciones y demás, fue tremenda. No obstante, contrarresta en gran medida con lo carente que son los personajes.

De todas formas, está muy bien hilado el transcurso que tiene que hacer el jugador. Cómo se le van dando los recursos para avanzar en el momento preciso y su guía a través del mapa, contándonos la historia al mismo tiempo y uniendo con eficacia las tramas principales —el ganar la liga con el derrotar al equipo Rocket—. A pesar de su simpleza, y de lo natural que resulta ahora, el modo en que todo está construido es magnífico.

También es un estupendo acierto el que exista un rival personal, pues en lugar del equipo Rocket, durante el juego a quien en realidad se incentiva a superar es a él; siempre va por delante del protagonista, creando así una saludable competitividad y ansias de avanzar.

A esta altura, con tantos juegos de Pokémon que pasé, cualquiera de ellos se me hace muy similar; sin embargo, pude volver a pasármelo excelente jugando a este. Es una obra con bastante nostalgia para mí. Cualquiera que lo haya probado con anterioridad, sin duda podrá regresar a hacerlo y, más o menos, disfrutarlo de nuevo. Pero para quienes han empezado la saga con videojuegos posteriores, determinadas características quizá sean molestas.

Una de las cosas que mayor fastidio me causó fue el almacenamiento de objetos. Primero, que estaban todos mezclados y había que buscar uno por uno hasta entrar el que querías. Y luego, que había escaso lugar, con tantos «objetos importantes» que nos entregaban, el inventario se llenaba con rapidez y faltaba espacio para artículos que comprábamos o encontrábamos por el mapa. Si bien es verdad que el guardarlo en el ordenador era una correcta solución, aun así resultaba poco práctico, al igual que el tener que cambiar la caja de almacenamiento de pokémon manualmente. Esto y la forma de utilizar ciertos objetos o habilidades de los pokémon se tornaba engorroso.

Uno de sus puntos más interesantes es que te brinda la libertad de escoger si se quiere seguir el camino principal, o marcarse algún objetivo propio. Estos pueden ser algo así como capturar todos los pokémon, llevarlos a todos a un nivel específico, abstenerse de volver a utilizar un pokémon debilitado con anterioridad —fingiendo así como si este hubiese muerto—, entre muchos otros. Claro que esto solo es atractivo para quien guste de marcarse esta clase de metas; de todas maneras, el hecho de que su estructura permita tantos ángulos de enfoque es innegablemente positivo.

Es fantástico como uno mismo puede, dentro de la trama base, construir su historia a gusto. Crear su propio equipo o plantearse retos, pudiendo convertir la experiencia de jugarlo en algo mucho más personal, y estimulando también esta idea —que en especial quienes miraron primero el anime ansiaban— de imaginarse siendo verdaderos entrenadores pokémon.

Por esto mismo, la durabilidad del juego puede ser bastante mayor de lo que ya es si uno se ciñe a la historia base. Para continuar avanzando, nos mantendrá varias horas entretenidos intentando subir de nivel a nuestros pokémon, sumándole el tiempo que la trama en sí conlleva, sobre todo al atravesar laberintos o cuevas. Cuenta además con la gran ventaja de poder intercambiar y combatir con otros jugadores por lo que se puede disfrutar desde ese lado también.

Por desgracia, no hay demasiada libertad de explorar. En algunos lugares sí que teníamos un tiempo para poder visitar las ciudades y demás, pero en general es un juego muy lineal; al menos hasta que llegamos a ganar la liga pokémon, no obstante, después de eso ya tenemos casi todo el mapa explorado.

Con respecto a los gráficos, a pesar de lo que pueda parecer ahora, en su momento eran muy buenos. Posee un mapa grande y bien construido, y todo va con mucha fluidez. Tal vez lo más flojo es la forma de combate entre pokémon, que resulta un poco tediosa o monótona. En lo personal, lo único que me incomodó al día de hoy fueron los colores, al resto me acostumbré rápidamente de nuevo.

Los diálogos son muy pobres aunque efectivos para el argumento y para comprender el juego. En general están bien ubicados para enseñarle al jugador, de modo sutil, sobre cierta mecánica. El diseño de los personajes, por su parte, es bastante sencillo, pero no por ello desagradable. Los pokémon, sobre todo, poseen un dibujo con algunas diferencias al que estamos habituados ahora; no recordaba lo mucho que han variado en estos años.

El final va acorde con todo, y me parece un punto interesante que —como mencioné ya— tengamos la posibilidad de continuar jugando y llenándonos de horas de vicio, luego de haber ganado la liga Pokémon.

Es una obra que incluso hoy entretiene bastante. Su estilo innovó y triunfó en su momento y, para todos aquellos que no hayan jugado nunca algún otro juego de la saga, puede resultar muy interesante.

4 comentarios:

  1. ¡Hola!

    Llevo jugando Pokémon desde siempre, e igual que tú, también seguía el anime cuando era pequeña. A día de hoy siguen siendo mis juegos favoritos :)

    Si es cierto que cuando ya has ido jugando a todos los juegos y has ido viendo los cambios y avances, si vuelves a los antiguos se puede hacer raro y difícil de jugar al principio, pero muchas veces la nostalgia ayuda a mejorar todo eso, además que la mecánica mola un montón :)

    Buena reseña.
    Un besito.

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    Respuestas
    1. ¡Gracias por comentar! :)

      La verdad es que sí, los juegos de Pokémon se disfrutan un montón.
      Yo aún no los he jugado todos, me faltan los de quinta y sexta generación, pero aun así es extraño regresar a los primeros. Como dije en la reseña, en cuanto al juego lo que me molestó un poco fue solo el almacenamiento de objetos, tan acostumbrada a la mochila con todas sus secciones xD Pero me la pasé muy bien igual, y como dices, la nostalgia ayudó.

      ¡Saludos!

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  2. después de tanto tiempo y no me aburro de ver estos blogs
    me encanta pokemon krnal :v

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