Autor: Yūki Kodama.
Año: 2009.
Tomos: 17.
Género/características: Acción, comedia, sobrenatural, romance.
Adaptación: Anime + OVA.
Luego, tras reunirse entre sí y sufrir algunos contratiempos, Fuyumi es asesinada por una planta carnívora y se convierte en un fantasma; esto hace que Staz asuma la responsabilidad y le prometa a Fuyumi devolverle la vida, cueste lo que cueste.
El argumento no es en exceso original o complejo, sin
embargo, son sus personajes y el tono poco serio los que lo vuelven muy
disfrutable. Del mismo modo, es interesante apreciar cómo va cambiando de
objetivo de una forma muy fluida y sin que el lector se dé casi cuenta. Un
problema desemboca en otro y ese a su vez en otro, y al final el propósito
original queda prácticamente olvidado, mientras que los personajes intentan
resolver lo que se ha originado entretanto.
El protagonista es sin duda quien se roba la atención desde el principio: su actitud despreocupada, divertida y friki lo hacen entrañable y muy divertido. Aunque no es solo él, casi cualquier personaje que aparece es tan particular y carismático que gana en seguida el afecto del lector. Además, son muy diferentes entre sí, por lo que arman un conjunto muy curioso.
Y otro aspecto que me resultó llamativo fue cómo se reparte el progreso de la trama entre sus diferentes personajes. Existe un grupo principal, no obstante, algunos de los secundarios desaparecen durante breves periodos para que la acción se centre en otros, y luego regresar. Incluso los protagonistas en ciertas circunstancias son relegados a un segundo plano. Me cautivó esa utilización de sus personajes, ya que les otorgaba el espacio para que cada uno pudiera lucirse.
Quizá, mi mayor decepción fue la protagonista. Ella se ve opacada todo el tiempo y, al tener un aporte tan pobre a la historia, no se la echa en falta cuando no está. Aun así, me agradaba y se me hacía muy tierno de su parte el que estuviera siempre cuidando y preocupándose por los demás, pero también es verdad que me sacaba de quico con su actitud tan pasiva.
Por su parte, el romance tampoco fue de mis aspectos favoritos. No me convenció cómo fue desarrollado: confuso y algo torpe. Los personajes no entendían por completo sus propios sentimientos y, cuando por fin lo hacen, no se toma el tiempo de mostrárselo al lector. Sobre todo por parte del protagonista: durante el transcurso del argumento no se percibe en él ningún interés amoroso, razón por la cual resulta un tanto extraño cuando, en el desenlace, decide corresponder los sentimientos de una de las chicas.El ecchi fue otro rasgo que hubiese preferido que no
estuviera. Debo decir que en un principio no me molestó en lo absoluto, e
incluso me llegó a divertir; sin embargo, al avanzar me
encontré con otras escenas donde se explotaba más este recurso que no me gustaron
nada: desde mi perspectiva fueron innecesarias y carecieron de gracia. Al menos
no fue algo en lo que se hiciera hincapié y que terminara por arruinar la
historia y su comedia. De hecho, en una parte aparece un anciano que hará de
maestro, y yo estaba con miedo de que fuera el típico pervertido que muchos
anime y manga usan, pero, por suerte, no fue el caso.
Pese a no explorar demasiado el mundo demoníaco —que hubiese estado genial—, me agradó que, cuando explicaban temas que tenían que ver con este, lo hicieran a través de dibujitos en lugar de que un personaje diera una larga charla didáctica. No solo era divertido y más sencillo de entender para el lector, sino que iba muy bien con el estilo general y la personalidad del protagonista. Otro detalle que le sumó —y que podría haber tenido mayor aprovechamiento— fueron las habilidades especiales de cada personaje, o el tema de la unión entre mundo humano y demonio. En definitiva, existían varios elementos que, sin un gran destaque propio, aportaban para darle ese toque especial que volvía a esta obra tan entretenida.
El dibujo fue otro componente que me atrajo. Se notaba cuidado
y con un buen dominio de la anatomía y la vestimenta. También
poseía un apropiado manejo de las expresiones, un variado diseño de personajes
—ayudando a la individualidad de estos— y fondos atractivos cuando eran
necesarios. En conjunto: un gran trabajo, quedé muy conforme con este apartado.
Al ser el protagonista un friki del anime, manga y
videojuegos, había muchas referencias a grandes obras que cualquiera
mínimamente entendido podía apreciar y divertirse con ellas. En lo personal me
hacían mucha gracia las menciones a Dragon Ball, e incluso las imitaciones de
los ataques de esta serie. Asimismo, me encantó que en cierto momento los
personajes buscaran soluciones a los problemas que tenían leyendo mangas. Sentí
que los hacía un poco más cercanos.
Por su parte, me pareció que la extensión fue la adecuada para la historia que presenta. Su ritmo ágil y el pasar de un obstáculo a otro sin estancarse evitaba que se percibiese tediosa o repetitiva. Si bien en lo personal me habría agradado una mayor exploración del mundo, considero que tal y como está es muy correcto de igual forma.
Con respecto a las batallas, un elemento clave en esta clase de tramas, fueron un tanto diferente a lo que esperaba. Creí que me encontraría con peleas intensas y llenas de emoción, pero no fue el caso. Fiel a su estilo, los enfrentamientos, incluso en los que los personajes se juegan la vida, no estaban cargados de tensión. Aquí los personajes harán trampa, huirán o jugarán en equipo si es necesario, no existe esa solemnidad por el combate uno a uno que se puede apreciar en otras obras. Y lo cierto es que, aunque no fue lo que anticipaba, tampoco me disgustó para nada.Por el contrario: el combate final sin duda lo disfruté mucho. Me fascinó que no recayera la responsabilidad por completo en el protagonista, sino que fuera un esfuerzo conjunto, sin dejar de utilizar humor en ningún momento. Muy entretenido de leer.
Con respecto a la conclusión: tiene un cierre satisfactorio. Queda solo un pequeño detalle que se resuelve sin que se desvele el cómo; no obstante, es algo sin relevancia para la trama, de manera que el lector puede imaginarse lo que prefiera —y, por si causa curiosidad, me refiero a lo que sucede con el corazón de Akim—.
Por otra parte, su último capítulo —lo que es el cierre en sí de la historia— fue conflictivo para mí. Entendí que era la única opción en ese contexto, pero no pude evitar sentirme un poco triste, después de todo lo que había ocurrido. Así que, pese a ese toque agridulce, quedé conforme con cómo finalizó, y me la pasé estupendo leyendo este manga.
Si bien no es una trama muy profunda o que
innove en demasía, quedé muy contenta e impresionada con la cantidad de giros argumentales
que no me esperaba, además de sus carismáticos personajes y el excelente ritmo.
En resumen: muy ameno y totalmente recomendable.
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