Reseña: Blood Lad

Título: Blood Lad.
Título original: Buraddo Raddo.
Año: 2013.
Episodios: 10.
Género/características: Comedia, acción, sobrenatural, ecchi leve.

Ovas: Sí, 1.
Película: No.
Basado en: Manga.

Blood Lad cuenta la historia de Staz, un vampiro jefe de un distrito del surrealista "Mundo de los Demonios", el cual está encantado por la cultura del mundo humano (principalmente Japón), y Fuyumi, una chica normal que termina por accidente en ese mundo a través de un portal.

Posteriormente, tras reunirse entre sí y después de algunos contratiempos, Fuyumi es asesinada por una planta carnívora y se convierte en un fantasma, esto hace que Staz asuma la responsabilidad y le prometa a Fuyumi devolverle la vida cueste lo que cueste.

Esta serie fue una grata sorpresa pues, a pesar de que tenía ganas de mirarlo —¿cómo no ver una obra protagonizada por un vampiro aficionado al manga, anime y videojuegos?—, pensaba que sería algo bastante olvidable; sin embargo, superó mis expectativas.

El argumento me encantó: me suelen fascinar las tramas de este estilo, con mucho humor, batallas, aventuras, un toque sobrenatural y algo de romance —en general, un shounen clásico—. Además, se me hizo original la idea del mundo de los demonios, la forma de gobierno de este y, sobre todo, las diferentes historias de los personajes en conjunto y cómo se entremezclan. De cualquier modo, no se puede negar que cae en varios clichés de su género, y no resulta tan compleja o innovadora como para maravillar; no obstante, con el enfoque divertido que le da junto a los otros elementos mencionados es suficiente para hacerla destacar.

Los personajes también fueron de mi agrado, a pesar de ser estereotipados unos y quizá muy extravagantes otros —aunque estos les daban cierto encanto al anime—. Si bien van adquiriendo mayor carácter a medida que avanza, eran —como es entendible en una serie tan corta— bastante superficiales; aun así, considero que todos aportaban algo único y generaban un conjunto interesante.

El protagonista, por su parte, es estupendo: un héroe extraño y divertido, que se enfrenta a los problemas de formas poco convencionales y suma toda la personalidad que la obra se necesita. Con quien tuve algunos conflictos fue con Fuyumi, la protagonista, pues ella es esa chica que siempre está ahí sin hacer nada, solo como un objeto que mueve a los demás personajes; sin embargo, por otra parte, su forma de ser tan pasiva y suave me generaba algo de ternura. En consecuencia, incluso sabiendo que como personaje deja mucho que desear, no pude evitar encariñarme con ella. 

Por su parte, las relaciones que se establecen entre los personajes apenas se llegan a vislumbrar. En tan pocos capítulos, con todo lo que tienen que exponer y siguiendo el ritmo del manga, no les da tiempo para crear amistades fuertes —aunque sí se nota el compañerismo— ni relaciones románticas —pese a existir alguna escena bonita y apreciarse cierto enamoramiento—. Asimismo, las historias propias de los personajes no llegan a explorarse por completo y se presentan de forma rápida y superficial, pero incluso así se me hicieron atractivas. En resumen, se advierte que tenían más para dar y que la extensión no lo permitió. 

Y es que, pese a ser excelente como adaptación, apenas abarca hasta el tomo seis del manga, cuando en total son diecisiete. Si bien consigue captar la esencia de la obra y lo que llega a mostrar lo hace de forma muy fiel, le queda mucho argumento por cubrir. Como resultado, para saber lo que acontece luego es necesario recurrir al manga, ya que no existe una segunda temporada —y con la cantidad de años que han pasado, no parece probable que la saquen, aunque nunca se sabe—.

De cualquier modo, lo que llega a exhibir es bastante y logra equilibrar la presentación de personajes, mundo y trama, con acción y humor, de manera que —pese a notarse algo acelerado— es fluido y fácil de entender. El principio puede resultar un algo predecible, pero poco a poco se va complicando y añadiendo giros fascinantes, a la par que se mantiene la atención del espectador constante con eventos llamativos que no dejan de suceder. Un detalle que en lo personal me gustó pues lo sentí como otro factor que ayudaba a que se percibiera dinámico fue que, salvo los protagonistas, los personajes van variando a lo largo de los capítulos: no permanecen constantes, sino que desaparecen un tiempo para regresar episodios más tarde.  

Y otro componente que colabora en ese aspecto era el humor, el cual funcionó mucho conmigo. Las referencias a la cultura pop me entusiasmaron e incluso el ecchi, que no me suele gustar, aquí supieron resolverlo de forma acertada y me llegó a hacer gracia —igual, por suerte, no se abusa de ese recurso—. De la misma manera, las batallas son entretenidas; con la suficiente intensidad y elaboración que necesitan pero sin dejar de tener su característico estilo cómico.  

Con respecto a los apartado audiovisual, considero que se mantiene en un nivel correcto sin grandes destaques. La animación es decente, el diseño de personajes tiene algunos puntos curiosos y me atraía lo colorido que llega a ser, junto con su música y efectos de sonido muy bien utilizados, crean una ambientación única, cautivante y agradable a la vez, con la cual es fácil sumergirse en lo que sucede. Como extra, el opening me parece fantástico, lleno de una energía que va a la perfección con el anime.

En el desenlace ocurren revelaciones sorprendentes que crean un punto de inflexión, por lo que fue un momento apropiado para acabarla. De todas formas, es una pena que haya quedado con un final tan abierto y sin resolver prácticamente nada. Como consuelo, al menos, está el manga.

Un anime muy divertido, con una historia interesante —incluso sin tener una resolución— y personajes llamativos. Se lo recomendaría a quienes busquen entretenerse sin grandes pretensiones.

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