sábado, 22 de abril de 2017

Reseña: Tokkô

Título original: Tokkô.
Título en español: Fuerza especial de seguridad pública («Tokkô» es la abreviatura en japonés)
Autor: Tôru Fujisawa.
Año: 2003.
Tomos: 3.
Demografía/Género: Seinen, acción, horror, fantasía, gore.
Anime/película: Sí, anime.

Ranmaru Shindô es un investigador de Tokki (División de las Tropas Móviles Especiales de Investigación), grupo al que se une para investigar un sangriento caso que aconteció en un complejo de departamentos ubicado en Machida; allí murieron casi todos sus ocupantes, incluyendo a sus padres, razón por lo cual Shindô jura cobrar venganza. 

Al pasar un tiempo comienza a pensar que no logrará nada, pero un día conoce a una mujer misteriosa que ha visto en sus sueños. La chica trabaja en la Sección 2 de Tokki mejor conocida como Tokkô—; ella al darse cuenta de que Shindô es especial lo integra a la Sección 2. A partir de entonces, su vida dará un cambio drástico.

Tenía bastantes ganas de volver a leer algo de terror en el manga, y cuando me encontré con esta serie corta decidí darle una oportunidad. Una parte de mí sabía que iba a ser mala, pero la otra quería tener esperanza, porque, «si tenía un anime algo bueno debía de esconder». Pero no, luego de haberlo leído me pregunto cómo es que llevaron este manga al anime y otros infinitamente mejores no tienen adaptación animada.

Como sea, lo que trato de decir es que no me gustó. La historia quizá es lo más rescatable; puesto que —a pesar de tener un montón de errores y dejar mil cosas sin resolver— la idea es interesante y si se hubiese enfocado de otra forma, con mejores personajes y desarrollo, seguro habría salido algo mucho mejor.

Los personajes son desastrosos. No solo terriblemente faltos de personalidad, sino que no transmiten nada, les falta sentido común y en general se sienten terriblemente falsos. No obstante, lo peor para mí fue esta estupidez constante que conseguía frustrarme extremadamente rápido. Es que, por poner un ejemplo, ¿de verdad habría alguien tan idiota de ir a buscar a un demonio totalmente desarmado? Todo era un gran cúmulo de tonterías que provocaba que pareciera casi una parodia.

Como digo, hay un montón de situaciones absurdas y que hacen que el realismo de esta serie sea nulo —y por supuesto no me refiero al elemento fantástico que tiene—; pero creo que lo más grave era que los personajes parecían tener un problema de comprensión. No quiero desvelar mucho, pero no podía entender cómo si había personajes que sabían cómo luchar contra los villanos, no compartían la información que tenían para que todo el mundo —o al menos, el resto de los integrantes de las fuerzas especiales de investigación— supieran cómo combatirlos también. No sé, me parecía una buena idea para evitar que decenas de investigadores murieran intentando enfrentarse de manera inútil contra ellos mientras los de Tokkô aparecían. Y no hay que olvidarse de la falta de comprensión de estos investigadores de seguir utilizando un método que ya les dijeron que no sirve, en vez de uno efectivo. De todos modos, ¿qué podían perder, además de la vida?

También, la forma de presentar los problemas o de contarle al lector qué era lo que estaba sucediendo arruinaba totalmente cualquier tipo de inmersión que hubiese conseguido anteriormente. Prácticamente, leer toda la historia como el monólogo de un personaje era casi tan anticlimático como si el autor hubiese puesto «esto fue lo que sucedió:» y un gran bloque de texto explicando todo. Así como también era muy ridículo que un personaje se guardara información haciéndose el misterioso cuando, no solo el lector se lo podía imaginar desde hacía tiempo, sino que era relevante para la seguridad de los demás. Pero bueno, vale la pena arriesgar vidas para parecer intrigante, ¿cierto?

Y aunque no todo es tan previsible, la idea no es tan original como para realmente sorprender. De hecho, es bastante fácil adivinar más o menos lo que va ocurriendo antes de que el protagonista se dé cuenta —y el personaje de turno haga su monólogo para explicarlo y que quede bien claro—.

Otro detalle que tiene es que en el momento preciso —por casualidades de la vida, ni un segundo antes ni uno después— aparece un personaje para salvar a otro de los protagonistas en peligro. No obstante, siendo sincera, de entre todos los errores que tiene esto no es algo que me moleste especialmente, muchas obras tienen este recurso, y si bien no me gusta, al menos es algo que puedo ignorar.

Sin embargo, intenta —recalco: intenta— tener momentos de comedia que fallan estrepitosamente. Además de agregar un poco de ecchi innecesario y que no aporta nada. Ambas cosas se sienten forzadas en una historia que busca ser oscura.

Y ese es otro punto, el manga no consigue transmitir nada. Al menos a mí me dejó totalmente indiferente, y esto mucho tiene que ver con la gran falta de carácter de los personajes, así como también que al ser tan poco creíble en tantos aspectos era muy difícil meterse en la historia que quería contar. Por tanto, me pareció que su exceso de gore era un intento desesperado de provocar alguna reacción, y —salvo alguna parte del tercer tomo— vuelve a fallar.  

Respecto al dibujo, por desgracia tampoco se salva. No es horrible, pero no llega a ser bonito. Muchos de los fondos son fotografías o simplemente en blanco, y el diseño de personajes —además de que no me agradó— era muy similar entre todos y se confundían fácilmente unos con otros. Sumando el que sus expresiones eran casi las mismas todo el tiempo.

Es una pena, porque al empezarlo admito que el prólogo dentro de lo que es esta obra me gustó. Pero ya una vez que comienza la historia del protagonista todos sus defectos salen a la luz y se vuelve peor a medida que avanza.

Y para darle el toque final, la trama está sin terminar. Al autor le pareció que en el tomo 3 en lugar de darle un cierre a la historia, comenzar a contar la vida de otros personajes era buena idea. De cualquier forma, por lo que estuve averiguando, 10 años después de la publicación de este manga lanzó Tokkô zero, una secuela —o precuela, no lo sé— que al parecer ya terminó, pero no hay casi ninguna información sobre ella en internet. Lo poco que conseguí decía que la trama tampoco tiene un fin en esa nueva historia, así que ¿qué más da? Para resumir: ahórrense esta obra. 

Para nada recomendada. Mal desarrollo de la historia, terribles personajes, situaciones absurdas por doquier y para peor no tiene un desenlace del problema que propone. Una pérdida de tiempo. 

lunes, 3 de abril de 2017

Reseña: Mission Hill

Título: Mission Hill.
Título original: Mission Hill.
Idioma original: Inglés.

Género: Comedia de situación.
Año: 1999.
País: Estados Unidos.
Episodios: 13 (cancelada).

Duración aprox. de los episodios: 21 minutos.


Andy French es un aspirante a caricaturista incapaz de conservar un empleo o una novia, a la vez que comparte un departamento en Mission Hill con otros dos excéntricos compañeros y su hermano adolescente, Kevin, al cual tuvo que acoger y cuidar por más que le pese cuando sus padres decidieron mudarse y no llevarse a ninguno de sus hijos. Sin embargo, este cuarteto de individuos dispares lucha contra las bizarras pruebas de la vida en su día a día, mientras aprenden a llevarse bien unos con otros.

Recordaba haber visto esta serie hace varios años, y que me había gustado. Me acordaba levemente de que me había parecido muy divertida en aquél tiempo, por lo que cuando la encontré una vez más, y descubrí su corta duración, me aventuré a ella de nuevo. Sin embargo, para mi sorpresa, esta segunda vez que la vi ya no me resultó tan cómica como en mi memoria.

La trama es muy simple, incluso a veces vacía. Si bien se trata de una comedia de situación, creo que se podría haber aprovechado mucho mejor la interacción entre la variedad de personajes que posee. Pero aun si se la tomara como una historia que se centra en el humor, tampoco así consigue resaltar.

Uno de sus grandes problemas son los personajes. Carecen completamente de carácter, todos son unos genéricos estereotipos, que no aportan nada destacable o distintivo a la serie. No poseen prácticamente desarrollo, por lo que se conoce solamente lo superficial de cada uno y eso no es suficiente para generar verdadera empatía.

A pesar de que sus personajes no destaquen particularmente, tampoco son odiosos. Pueden llegar a ser identificables con algún conocido fácilmente, lo cual seguramente es el objetivo. Algunos son obviamente más agradables que otros, pero lo que más me entusiasmó fue la variedad. Claro que sin duda me hubiese gustado conocerlos en mayor profundidad, sobre todo a los vecinos y compañeros de piso de los protagonistas. Podrían haber sido muy interesantes si se hubiesen explotado mejor. 

También habría apreciado interacciones más significativas entre los hermanos protagonistas, por poner un ejemplo, aunque en general las relaciones al igual que los personajes en sí se sienten algo flojas o triviales. De cualquier forma, sus vínculos y manera de comportarse entre sí es bastante realista incluso sin adentrarse demasiado en ello.

La mayoría de situaciones son predecibles, ya que las personalidades estereotipadas hacen que fácilmente el espectador sepa qué hará cada personaje en las diferentes circunstancias. No obstante, el humor resulta con suficiente efectividad y no se vuelve cansina o aburrida.

Visualmente tiene un estilo único. El diseño de personajes me gusta mucho, caricaturescos pero suficientemente reales, además de que le queda fantástico a esta serie por lo simpáticos y variados que resultan. La paleta de colores es genial, no solamente la viveza que desprende por lo intenso de los colores, sino la fantástica utilización a la hora de sombras y luces. El escenario también es muy interesante y junto con una animación correcta, todo esto consigue crear una buena ambientación, y le otorga personalidad al diseño.

Por desgracia, aun con sus excelentes aspectos visuales, no logra una inmersión completa en la trama. No podría decir con exactitud cuál es la razón de esto, además de que puede que a otra persona sí llegue a adentrarlo, pero en mi caso, no consiguió hacerme enganchar del todo.

Me agradó que los capítulos en general dividan el protagonismo entre Andy y Kevin, normalmente mostrando a cada uno meterse en problemas aunque en ocasiones uno de los dos ocupa el mayor tiempo del episodio. Pero me parece bueno que casi siempre podamos saber de los dos, puesto que es una forma de agregarle mayor dinamismo al no hacer girar la trama por completo en un solo personaje.

El guion tiene sus aciertos, en algunas circunstancias realizan parodias o críticas bastante interesantes. Además, me agrada como todo tiene un tono absurdo, pero se trata en realidad de temas bastante cotidianos y sobre todo realistas. Sumándole a esto ese estilo moderno y juvenil que tiene, incluso a pesar de los años que lleva ya, lo hace bastante interesante para el público al cual va dirigido. 

Es una serie que fue cancelada, por lo que no cuenta con un final propiamente dicho. Sin embargo, el último capítulo que hay fue uno de mis favoritos. Me hubiese gustado ver algún tipo de desenlace a la situación de los hermanos, aunque a la vez me alegra que no haya sido una serie demasiado larga, porque creo que eso la habría perjudicado más. 

Si bien considero que se podría haber aprovechado mejor, es entretenida. Se hace amena y al ser tan corta se ve muy rápido. No la recomiendo especialmente, pero no está mal conocerla para pasar el rato.