sábado, 17 de octubre de 2015

Reseña: Mickey's ultimate challenge

Título: Mickey's ultimate challenge.
Título original: Mickey's ultimate challenge.
Idioma original: Inglés.
Creador/Desarrolladores: Designer Software.
Género: Plataforma, lógica, puzles, infantil.
Plataformas: Super Nintendo, Game Boy, Game Gear, Master System, Sega Genesis.
Modo de juego: Un jugador.
Año: 1994.
País: Estados Unidos.
La historia trata de como Mickey Mouse (o Minnie Mouse) llegará a un reino plagado de terremotos debido a los ronquidos de un gigante, y le corresponderá a Mickey/Minnie despertarlo. Para ello debe ganar artículos de los residentes del pueblo al jugar varios minijuegos. El juego es totalmente sin violenta y la mayoría de los minijuegos están diseñados para ayudar a los niños a aumentar sus capacidades mentales.

Había probado esta obra hace tiempo, cuando era niña, y la recordaba con cierto afecto. Volví a jugarla para esta reseña y lo cierto es que, a pesar de lo breve e infantil que es, para pasar el rato no está mal.

La historia es en verdad simple y poco original, pero a su vez muy de Disney. Me agradó y, aunque no destaca, está bien que al menos el jugador siga una trama, pese a que lo importante sean los minijuegos; que se le dé un contexto, por muy visto que este sea, se agradece. Aun así, el inicio tan típico —imágenes acompañadas de un texto que sitúa al jugador en el argumento— no es de mis favoritos; sin embargo, entiendo su utilidad, en especial en esta clase de juegos.

Los personajes son los clásicos y ya conocidos por todos: Mickey, Minnie, Donald, Daisy, Goofy, y demás. Sin que exista demasiada interacción se puede apreciar que intentaron conservar sus personalidades. No obstante, creo que mayor contacto con ellos hubiese sido interesante. Quizá no aumentar los diálogos, pues así como están —siendo escasos y básicos— son adecuados; simplemente ver a los personajes pululando fuera de sus zonas podría haber ayudado, no solo a sentirlos más vivos a ellos, sino también al ambiente.  

De cualquier modo, el entorno muy de dibujo animado, siempre alegre y colorido, es apropiado. Asimismo, las animaciones no están nada mal: ayudan a que posea una atmósfera amigable, pero no sobresalen. Del estilo de los dibujos no me puedo quejar, sobre todo para lo que eran los gráficos.

Por su parte, la música y los efectos de sonido funcionan de gran manera, mejor de lo que esperaba, para ser sincera. Las melodías me agradaron, y el que las variaran en las distintas estancias para que no se volvieran repetitivas fue una buena decisión.

Como detalle, tiene la opción de elegir protagonista masculino (Mickey) o femenino (Minnie). Si bien esta decisión me parece correcta pues a los niños les suele gustar elegir un personaje de su mismo género, podría haberse aprovechado mejor si se le hubiese dado alguna distinción a cada uno: una habilidad especial o algo por el estilo.

En cuanto a controles y manejo del personaje es, de igual forma que en aspectos generales, muy sencillo, así como también en el entendimiento del objetivo: idóneo para una obra dirigida a los niños.

Es acertado que se pueda elegir el nivel de dificultad, sobre todo debido a que hay una marcada diferencia entre cada uno de ellos: pasa de ser extremadamente fácil a suponer un pequeño reto —en algunos puzles— incluso para los adultos.

Los cinco minijuegos que se presentan a través de la historia son entretenidos; considero que cualquiera de ellos puede divertir un rato, si bien unos siempre resultarán más atractivos que otros, dependiendo del jugador. Además, ya que son diferentes entre sí y con dinámicas variadas pienso que fueron buenas elecciones. Y, como agregado, me complació que se tuviera la libertad de elegir con cuál de ellos comenzar.

Respecto a la longitud, pese a que esta varía según la dificultad elegida, es un juego corto. Y aunque en este caso no me disgustó esto, pues me pareció apropiada su duración, tampoco creo que un par de minijuegos extra le hubiesen ido mal.

El final se mantiene en el mismo nivel: no llega a ser fantástico ni nada y, sin embargo, es correcto. Por desgracia, el gran punto negativo que le vi fue el minijuego de la resolución: en la dificultad mayor resulta bastante complicado —al menos para alguien como yo que no acostumbra ni gusta de puzles deslizantes—, y me llegó a aburrir. Si bien no cambia el hecho de que el resto lo disfruté, sí me arruinó un poco el recuerdo global de la experiencia. 

Juego simple pero entretenido, sus minijuegos son divertidos y la trama sencilla le funciona. Me agradó —salvo el puzle del final— y para pasar el rato sirve, sobre todo para los aficionados a los personajes Disney, aunque no es algo que recomendaría mucho.


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