Reseña: Full house

Título: Full house.

Título original: Pul Ha U Seu.

Idioma original: Coreano.

Actores principales: Rain, HyeKyo Song, EunJung Han y SungSoo Kim.

Género/características: Romance, comedia y drama.

Año: 2004.

País: Corea.

Episodios: 16.
Duración aprox. de los episodios: 1:15 hs.

Después de regresar de sus vacaciones en China, JiEun Han (HyeKyo Song) descubre que sus amigos han vendido su casa sin su consentimiento y le han robado todas las pertenencias y ahorros. Gracias a un famoso actor llamado YoungJae Lee (Rain) que conoció en el avión, la indignada JiEun consigue llegar a un acuerdo: para evitar que sigan los desagradables rumores sobre la vida privada de YoungJae, se casará con él fingiendo que son una verdadera pareja, a cambio de volver a ser la propietaria de su casa pasados 6 meses y, además, recibir una compensación económica. 

En realidad YoungJae está enamorado de una amiga de su infancia, HyeWon Kang (EunJung Han), que solo tiene ojos para su otro amigo MinHyuk Yoo (SungSoo Kim). Por si el lío no fuera poco, JiEun empieza a enamorarse de su falso marido a pesar de haberse prometido que solo sería un negocio.

Recuerdo haber visto una escena de esta obra cuando estaba aprendiéndome la canción de los tres osos —canción infantil típica de Corea— y se me hizo muy divertida. Descubrí que se trataba de una especie de clásico entre los kdramas y me aventuré a mirarlo, con la esperanza —debido a su fama— de que me encantara. Por desgracia, no fue el caso.

El argumento no es muy original: volvemos al cliché del chico rico y la chica pobre con un matrimonio por contrato en el medio. Pero, más allá de eso —que, después de todo, hay muchas series maravillosas que igual están repletas de tópicos—, resulta predecible la mayoría del tiempo, poco innovadora e inclusive cansina en algunas partes. Y, aunque contiene ciertos elementos interesantes, no alcanzan para compensar. 

Los protagonistas son correctos y, pese a sus fallas, me gustaron. Si bien ella me hacía enfadar a veces con su actitud, podía ser jovial y agradable también. En cuanto a él, empezó siendo súper plano y vacío, que no generaba ninguna emoción, sin embargo, poco a poco fue adquiriendo un carácter divertido que ayudaba a amenizar la trama. De todos modos, al ser muy tímido en cuando a sus sentimientos —lo que no considero una característica negativa y, por el contrario, podría haber sido tierno de haberse llevado mejor—, provocaba que, por la falta de comunicación, ciertos problemas se estiraran demasiado y me sacaran de quicio. 

Aun así, me agradó apreciar el avance progresivo de la relación entre los protagonistas; se sucede de forma lenta, pero contribuye a que ambos evolucionen y maduren. Asimismo, los actores se adaptaron perfectamente al cambio y lo llevaron de manera apropiada.

El resto del elenco de personajes no destaca. Creo que hubiese sido acertado que además de la relación de los protagonistas y sus triángulos amorosos, se hubiesen extendido un poco en otros asuntos: el trabajo, la familia o las relaciones de amistad, por ejemplo. De esa forma, podrían haber mantenido la atención del espectador y evitar que la relación central agobiara.  

Porque, aunque el romance tuvo partes bonitas, me estresó mucho. Es normal que siempre haya contratiempos para la pareja protagonista: peleas, dudas u obstáculos externos, no obstante, aquí eran excesivos. Iban, venían, se separaban, volvían, y así durante toda la serie. No había momentos de paz donde lograran una estabilidad y convivencia pacífica, por lo que llegó un punto en que me agotaban. Incluso llegué a marearme y a no entender ya las razones de sus disputas y alejamientos, y tampoco me importaba.

Otro de los componentes que menos me convencieron fueron los «amigos» de la prota. Sin duda, demostrar la verdadera amistad no fue algo en lo que pusieran hincapié. Me hubiese gustado que tuviesen un castigo, una redención mejor o que la protagonista se alejara de ellos, lo que fuera, pero algo que dejara en claro que lo que hicieron no fue un simple desacierto que cualquiera comete. Es entendible que las personas puedan cometer errores en estado de necesidad, sin embargo, aquí lo que ellos hacen es claramente egoísta y, para peor, podrían haberlo solucionado de otra forma. Si bien entiendo que todo fue una simple excusa para el inicio de la trama y de la relación romántica, me pareció horrible, tomado a la ligera y poco creíble, encima.

Volviendo a los puntos positivos: pese a no posee grandes escenarios, logra crear ambientes hogareños y escenas íntimas y bonitas que le van muy bien. Y, aunque es solo una peculiaridad sin importancia, me causaba gracia que la gran mayoría del drama los personajes se la pasaran comiendo o limpiando, más que en ningún otro que haya visto.

Las series coreanas tienen un «no sé qué» por el cual, incluso si son regulares, consiguen entretenerme. Son como mi zona de confort: siempre que necesito engancharme a algo y pasar un buen rato, recurro a ellas. Y, por mucho que me hiciese exasperar en algunos tramos, esta no fue la excepción; tiene muchos elementos que podrían haberse mejorado, situaciones que se veían muy falsas e incoherencias, no obstante, la historia nunca me aburrió y, en cambio, la logré disfrutar.

Con la conclusión tengo sentimientos encontrados: aunque me pareció muy previsible, fue linda de ver. El problema lo tuve con el cambio brusco y drástico en la relación de los protagonistas, que de pronto para el final son la pareja perfecta. Aun así, comparándolo con el resto de situaciones poco creíbles que tiene, no es lo peor y, como dije, al menos es un desenlace agradable.

Una obra entretenida y con momentos divertidos que podría haber sido mucho mejor: la historia típica y, sobre todo, la relación amorosa no me terminaron de convencer. Y, pese a que se disfruta sin mayores pretensiones, no sería un kdrama que recomendaría.

—Nuestro matrimonio está basado en un contrato, pero tu corazón no está incluido. Tu corazón… te pertenece a ti.

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