martes, 27 de enero de 2015

Reseña: Mi novia es una gumiho

Título: My girlfriend is a gumiho (Mi novia es una gumiho).
Título original: Nae Yeojachinguneun Gumiho.
Idioma original: Coreano.
Actores principales: SeungGi Lee, MinAh Shin, MinWoo No y SooJin Park.
Género/características: Romance, comedia, drama y fantasía.
Año: 2010.
País: Corea.
Episodios: 16.
Duración aprox. de los episodios: 1:05 hs.


Un chico llamado TaeWoong Cha (SeungGi Lee) quien tratando de escapar de su abuelo, por accidente se cruza en la vida de MiHo (MinAh Shin) un zorro de nueve colas, que siempre ha soñado con ser humano, atrapado en una pintura. Woong, sin saberlo, la libera del cuadro. 

Lo que al principio empieza con el temor de que MiHo, la gumiho, se coma su hígado, se convierte en amistad y más tarde en amor.

Cuando encontré este kdrama, justo estaba con ganas de probar por primera vez uno que tuviese fantasía —ya que es un género que me encanta y aún no había experimentado en este formato—, por lo que me lo anoté en seguida. Por la razón que fuera, siempre terminaba priorizando otros, hasta que por fin llegó su oportunidad.

La incorporación de un ser sobrenatural me pareció innovadora —como mencioné, hasta ese momento no había visto una serie coreana con ello—; sin embargo, un tanto desaprovechada: la trama fantástica se toca de forma superficial, sin profundizar en las criaturas que presentan, en sus poderes o historias. Se queda como una comedia romántica que, si bien funciona, podría haber deslumbrado si aprovechaba mejor sus elementos.

El argumento me generó algunos conflictos; me dio la impresión de que el punto que lo inicia —cierto trato que hace la gumiho—, aunque servía de modo apropiado para avanzar y como conflicto central, no tenía mucho sentido desde el principio. Quien ofrece ese trato no tenía ningún motivo para querer que eso sucediera, por el contrario. Y como no lo encontré coherente desde ahí, lo demás no me llegó a convencer. Aun así, fue ingenioso como excusa para que todo aconteciera, solo que no implementaron una base creíble.

Por otro lado, lo que sí me gustó de la historia fue su tono, pues no se siente que se tome muy en serio a sí misma. Es absurda y exagerada en varias ocasiones, lo cual acentúa su humor —que funcionó bastante conmigo, en particular cuando se generaba gracias la inocencia de la protagonista— y desfavorece sus intentos de dramatismo. Pero tampoco es que se haga hincapié en ello; incluso cuando hay riesgo de muerte para algunos personajes, esa tensión, angustia y miedo solo me lo llegaron a transmitir en un capítulo cerca del final. Pese a que no se le quita peso, el resto del tiempo se tiende siempre a un aire alegre, suavizando el ambiente con un poco de comedia.

En cuanto a los personajes, curiosamente, ambos protagonistas comenzaron sin gustarme. Él por ser inmaduro y egoísta, y ella algo manipuladora y mentirosa. En el caso de ella considero que esa actitud astuta tenía sentido con su pasado y con lo que ella es: una gumiho. Y en el caso de él, me resultó curioso que no se tratara del típico chico bueno y responsable —o su contraparte, el protagonista despreciable que se vuelve amoroso cuando la conoce a ella—, sino que fuera interesado y aprovechado.

No obstante, me acabó pareciendo un acierto que fueran así en un principio, pues se consigue enfatizar el cambio que atraviesan a lo largo de la serie gracias a la convivencia, al aprender el uno del otro y de las situaciones que atraviesan. Y, a fin de cuentas, ambos se vuelven entrañables con el paso de los capítulos.

De igual modo, la relación romántica evoluciona a un ritmo adecuado: llegan a conocerse primero y a establecer una amistad, lo que fue agradable. Y las escenas de pareja, algunas muy tiernas y bonitas, a pesar de que tardan en llegar, contribuyen al desarrollo de la relación. En lo personal disfruté mucho de ver como ella se fue acercando e incorporando al entorno de él, a su escasa familia y amigos.

El resto del grupo de personajes son correctos, sin mayor destaque. Incluso con sus personalidades básicas aportaban a la serie, en especial como conjunto; sin embargo, eran fáciles de olvidar, sobre todo los dos amigos del protagonista. Por otra parte, la «tercera en discordia» de la pareja… ¡Qué personaje tan insulso! Me daba pereza más que otra cosa. Y luego estaba la pareja de la tía del prota con el director de la escuela de acción, con los que también tuve mis conflictos. Llegaban a ser divertidos y hasta tiernos a veces, pero en su mayoría me daban vergüenza ajena. Eran un dúo cómico muy ridículo, quizá demasiado para mí.

Y por último estaba el que hacía un poco de antagonista, quien creo que podría haber dado mucho más de sí. Lo percibí bastante plano, sin personalidad salvo por el estar obsesionado y traumado por un amor pasado. No se lo llega a conocer ni a mostrar otros aspectos de su historia —de hecho, se repite la misma escena de su pasado un montón de veces—. Y como dije ya, su accionar al inicio no se me hizo lógico, por lo que no me resultó para nada bien construido.

Respecto a lo técnico: posee una banda sonora acertada —con un par de canciones a resaltar—, carece de grandes escenarios y sus efectos especiales son flojos —aunque no esperaba una maravilla—, destacando quizá las colas de la gumiho, que no se veían del todo mal. Algunas particularidades de la forma en que está grabado son típicas de su época —el girar la cámara mil veces alrededor de la pareja cuando están teniendo un momento especial, por ejemplo— y no son muy de mi agrado; sin embargo, en términos generales, se mantiene dentro de los estándares de los dramas de su estilo.

Asimismo, las actuaciones no estuvieron mal —tampoco creo que tuvieran oportunidad de lucirse demasiado—, pese a que sí las sentía a veces un tanto exageradas, pero a la vez, al tener este tono despreocupado, a veces casi caricaturesco, no quedaban fuera de lugar. Y, a mi parecer, la pareja protagonista tenía buena química.

Aun con los clichés en los que cae, lo previsible que pueden resultar ciertos desenlaces y lo beneficioso que podría haberle sido el explotar mejor la fantasía, la trama consigue mantenerse atrayente y expone ideas llamativas. Hay varias sorpresas y, en lo personal, disfruté mucho tanto de lo sobrenatural como de lo realista que llega a ser en cuanto a los sentimientos, el avance de los personajes y sus relaciones. Sin tratarse de una gran serie, cumple su objetivo de entretener.

Por desgracia, mi decepción llegó al final. Me molesta cuando una obra, por los acontecimientos que ha tenido, se dirige inevitablemente hacia una conclusión poco favorable para sus personajes y, con el objetivo de que eso no suceda, se fuerza un evento sin sentido para evitarlo. Eso es justo lo que pasa aquí: el curso natural llevaba al argumento a un cierre trágico y, como no supieron encontrar una solución coherente, apareció un final bonito de la nada. Se intenta dar una especie de explicación, pero al fin y al cabo es un deus ex machina. Una pena que no lograran resolverlo mejor porque, si bien no me arruinó por completo la serie, sí consiguió que mi recuerdo de ella no fuera tan grato.

Incluso con elementos interesantes que fueron dejados de lado y un final que no satisface, puedo recomendar este kdrama gracias a su trama llamativa, su humor y el lindo romance de los protagonistas.

A pesar de ser una gumiho, a pesar de ser diferente, deseo gustarle a él. Si yo... realmente, realmente, realmente le gusto, espero que sea siendo eso.

2 comentarios:

  1. Hace bastante tiempo que la vi. Pero aunque me gusto no es de mis favoritas. Te sigo 😊
    Un beso!!

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    1. Sí, tampoco es de mis favoritas. Me alegra que te haya gustado también. ¡Gracias por seguirme y comentar! Un beso~

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